
La teoría del botón.
Primero de todo, sé honesto contigo mismo.
Si existiera un botón que, al pulsarlo, te volviera una persona extremadamente fuerte física y mentalmente...
Si al pulsarlo, consiguieras todo el dinero que necesitas para crear la vida que sueñas…
Si ese mismo botón hiciera que apareciera en tu vida esa pareja que te enciende por dentro y por fuera…
¿Lo pulsarías?
Ese botón existe.
Pero no es mágico.
No funciona con una chispa de deseo, funciona con esfuerzo.
Con disciplina.
Con compromiso.
Con paciencia.
Con dedicación.
No se enciende con excusas. Solo con acción.
Si decides no pulsarlo, si eliges quedarte donde estás… entonces solo hay una explicación: te estás mintiendo.
Solo alguien que vive en una mentira puede preferir ser gordo a tener un cuerpo de Dios griego.
Solo alguien que se miente elige la pobreza cuando sabe que puede ser abundante.
Solo alguien atrapado en su mentira acepta una pareja mediocre cuando sabe que puede tener una extraordinaria.
El botón está ahí.
Siempre lo ha estado.
La pregunta no es si existe.
La verdadera pregunta es:
¿Vas a pulsarlo o vas a seguir justificándote?
Es el botón que solo pulsan los valientes